lunes, 29 de enero de 2007

Fondo de pantalla

Siguiendo la invitación de:

Sandrokas
vamos a realizar este sencillo juego:
Según las normas del mismo se debe hacer una entrada,poniendo la imagen que tienes en el fondo de pantalla de tu ordenador
y explicar el motivo de su elección..... ¡así de fácil! y después viene lo más divertido....escoger 10 "victimas" más e invitarles a hacer lo propio y asi conocer algún misterio más de todos nosotr@s.

Mi fondo de pantalla es:
¿por qué? la pregunta sobra...
es mi niña, Calcetines
a la que echo muchisimo de menos, más que a nadie
(esto lo digo en bajo, para que no lo oiga mi madre...)
cada noche me acuesto pensando en su ronroneo
y en como me gustaba mimarla (aunque ella no quisiera)
y
los invitados a participar son:

domingo, 28 de enero de 2007

En mis sueños


sigues siendo la princesa


de mi reino soledad,


en mis sueños.


Cuesta tanto el buscar


una razón a este final


ayúdame a encontrarlo.


Y ahora te busco sin razón


fui yo quien dijo que no,


cómo es posible tanto dolor


ahora sé lo que es amor.


Duele tanto el saber


que nunca más te volveré


a tener en mis labios.


Moriré pensando


que nunca supe retener


al ser que más he amado.


Y ahora te busco sin razón


fui yo quien dijo que no,


cómo es posible tanto dolor


ahora sé lo que es amor




OBK
"La princesa de mis sueños"

viernes, 26 de enero de 2007








Una ola de frío polar azota España...






















si saco el corazón por la ventana...








¿¿conseguiré de una vez el corazón de hielo que tanto deseo??

lunes, 22 de enero de 2007

Diez milímetros

rDiez milímetros que separan tu boca de la mía


Diez milímetros que separan el bien del mal


Diez milímetros que separan lo correcto de lo incorrecto


Diez milímetros que separan el deseo del deber


Diez milímetros que separan el querer del no poder


Diez milímetros que separan el sueño de la realidad


Diez milímetros que separan la alegría del dolor


Diez milímetros que separan la cordura de la locura


Y aún sabiendo todo esto...






...cuanto daría por recorrer estos diez milímetros

sábado, 20 de enero de 2007


¿ Qué sentido tiene correr

cuando estamos en la carretera equivocada?
Proverbio alemán


viernes, 19 de enero de 2007

мαℓ∂ιтα ¢ιυ∂α∂,


иσ єѕ тυ мєנσя мσмєитσ


у αυи єѕтαѕ нєямσѕα.


нє ∂є ¢σиfєѕαятє


qυє тє є¢нє ∂є мєиσѕ


y aun te echo de menos

y sólo quiero volver...



martes, 16 de enero de 2007

Buscando al Señor de las Historias

...viniendo del espacio de Laura


Las tres investigadoras no daban crédito a la historia que acababan de oír. Jara salió del salón haciendo creer a las demás que tenía que hacer una llamada muy importante. Al mismo tiempo le sonaba el teléfono a Pistachita. Ambas salieron a la calle.

Jara: Hay algo que no me cuadra.
Pistachita: ¿Por qué no?
Jara: No sé, no la creo. Me parece que nos está tomando el pelo. ¿Pero tú has oído todo eso del Desuellamentes? ¿Quien puede creerse algo así? Vamos que esto no es una peli de ciencia ficción.
Pistachita: ¿Y que quieres que hagamos?
Jara: Hay que intentar como sea que vuelva a Madrid.
Pistachita: Eso va a ser imposible.
Jara: Dile a Larisavel que venga. Y decirle a Carol que espere un momento que nos acaban de llamar de otro caso. Intentar disimular.

Pistachita fue en busca de Larisavel. Ya las 3 reunidas pensaron en un plan para hacer que Carol regresara a Madrid con ellas para continuar allí la investigación.

Larisavel: Necesitamos que te vengas a Madrid con nosotras.
Carol: Eso no va a ser posible. Ya os he dicho que no puedo. Nadie ha vuelto a saber nada de mí. No me hagáis esto.
Jara: No habrá problemas. La policía está al tanto. Te protegerán.
Pistachita: O te vienes con nosotras, o haremos lo posible para que él venga a por ti. ¿No te das cuenta que estás dejando en peligro a todo el Cuentacuentos?

Después de dialogar con ella unas horas y no sacar nada en claro, ni convencerla para el regreso decidieron volver a Madrid para seguir con todo desde la Central del CCI.

Al día siguiente, puntuales a su cita, las chicas se presentaron en una cafetería cercana a su oficina. Acostumbraban a desayunar juntas todas las mañanas y ponerse al día en sus vidas privadas fuera del trabajo. Iban con sus mejores ropas de detectives (entre las que se encontraba el abrigo rojo de Larisavel y las zapatillas verde pistacho de Pistachita). Las tres estaban nerviosas, con cara de no haber pegado ojo en toda la noche, pensando en quien podría ser el misterioso monstruo que Carol les había contado. Pero ese día no hablaron de nada. No dejaban de pensar en ese trabajo que les estaba costando más tiempo del que ellas imaginaban. Estaban decididas a esperar lo que fuera necesario: se repartirían turnos, no perderían detalle de cualquier persona que pudiera entrar o salir de la zona indicada. No entraron en la oficina. Directamente decidieron empezar con las investigaciones a pie de calle. Y así, embutidas en el coche de Jara (un opel corsa con unos cuantos años y que se les empezaba a quedar pequeño) se propusieron a esperar, bajo el frío que caía sobre la ciudad de Madrid.
Pasaron un par de horas, y no parecía haber movimiento. Jara y Larisavel se habían enzarzado en una pelea, acerca de si las casualidades podían llegar a ser reales o eran un simple truco de la imaginación, cuando de repente Pistachita las mandó callar:

Pistachita: ¡Chicas! ¡Dejadlo ya! Mirar quien viene por ahí

Jara y Larisavel dejaron la discusión para otro momento y las tres dirigieron sus miradas hacia la estación. El nerviosismo las invadía: por fin estaban cerca de algo. Intuían que tras ella iba a estar la respuesta que les iba a ayudar a descubrir al verdadero señor de las historias. Por fin iban a poder dar una respuesta a todas esas personas que habían acudido en busca de ayuda. A pesar de que entre ellas mismas existían diferencias acerca de si seria bueno desvelar la verdadera identidad del afamado señor de las historias, no podían reprimir esa expectación…
En el metro se disponía a entrar una chica, con su pelo corto, su mp3 en una mano y la bufanda en la otra…

Jara: ¡No puede ser! ¡Esto es una broma!
Pistachita: Es, es…
Larisavel: Es Ratoncita!!
Jara: Lo sabía. Que hija de puta. Esta no sabe con quien está jugando

El asombro que sintieron fue de una gran magnitud, pero eso no les impidió observar cierta actitud extraña en Carol., la cual miro de un lado a otro, y tras cerciorarse que no había nada sospechoso, se mezclo con la gente en dirección a alguna parte.

Las tres investigadoras, tras varios intercambios de miradas asombradas y alguna que otra maldición al aire, salieron a prisa del coche y se dirigieron a la estación, intentando no perder la pista de Ratoncita entre el bullicio de la gente.
Tras tres estaciones, un trasbordo y otras tantas estaciones, Ratoncita por fin se bajo…y la estación no podía ser otra que Sol, en pleno centro de Madrid, en pleno Km. O. No podían salir de su asombro, y en el viaje estuvieron meditando acerca de las múltiples posibilidades por las que ella había decidido llamar. Sabían que su participación en el cuentacuentos databa desde el inicio del mismo, pero no podían dejar de preguntarse porque, sabiendo que ellas se jugaban tanto en la investigación, sabiendo la amistad que las unía, las estaba puteando de esta manera. ¿Había sido todo una farsa desde el principio?
Subieron las escaleras de la estación, intentando mezclarse entre la gente pero sin perderla de vista cuando, otro asombro mayor consiguió eclipsar al que ya sentían: en el Km. O, encima del lugar donde hacia un par de semanas habían retratado sus pies, se encontraba Ratoncita, pero no estaba sola: Víctor y Juan Luis la acompañaban.

Larisavel: esto no es posible, no puede ser verdad…
Pistachita: No entiendo nada.
Jara: Y estos dos.. que hacen aquí y con ella?
Larisavel: Creo que el Señor de las Historias nos está tomando el pelo chicas.


- Está bien chicos. Gracias por el día de hoy. Ha ido todo estupendamente. Mañana os espero a la misma hora chicas!! Nos queda el final por grabar.- Gritó el director sin darles tiempo a seguir hablando.

Cada uno volvió a su lugar y Jara, Larisavel y Pistachita se fueron a tomar algo.

Jara: Menudo día eh? Pensé que no acabaríamos nunca.
Larisavel. Yo estoy agotada.
Pistachita: ¿os imagináis que esto pasara de verdad?
Jara: Imposible! jaja
Pistachita: No en serio. Hay una página de internet de un montón de gente que se reúne para contar cuentos.
Larisavel: Estas de coña.

Las chicas continuaron hablando de aquello hasta muy avanzada la noche. Se despidieron en Sol a las 4 de la mañana cada una en un taxi dirección a su casa.
Es lo último que se supo de ellas.
La película no pudo ser grabada. Hoy por hoy aún sigue siendo noticia en los periódicos.

Fin.






¡gracias equipo!

¿cuando repetimos?

miércoles, 10 de enero de 2007

Matar formaba parte de la naturaleza de Laura. Por eso, cuando vio la escena que se desarrollaba ante sus ojos algo en su cabeza se quebró y la poca cordura que le quedaba desapareció. Y sin pensárselo dos veces, bajo las escaleras. Y sin pensárselo dos veces, se dirigió al garaje. Y sin pensárselo dos veces, cogió el martillo. Y a partir de ese momento, todo se volvió borroso...



“Loussiana. Michael Lane

Ayer, miércoles 7 de diciembre de 1969 la desgracia calló sobre este pequeño pueblo al sur de los Estados Unidos. La peor carnicería que se recuerda en el país desde “El asesino de embarazadas”.
Los hechos se sucedieron sobre las ocho menos cuarto de la tarde, en la residencia de la familia Lancaster, formada por Albert Lancaster, de 37 años; su esposa, Hellen de 34 años y el hijo de ambos, Robert, de tan sólo 7 años.
A esa hora, según fuentes policiales, Laura Mcdowell, de 21 años, camarera de la famosa cafetería del pueblo “Anne” y definida por todos sus vecinos como alguien dulce, educada y tranquila, entraba en la casa de la familia y, por causas que aún se desconocen, asesinó a los tres miembros de la familia con una martillo que recogió del garaje de la misma residencia.
Los gritos de la familia alertaron a los vecinos, que llamaron a las fuerzas policiales. Éstas se presentaron con rapidez en el domicilio familiar, pero era demasiado tarde. Cuando entraron en la casa, encontraron una escena dantesca: toda la casa era un charco de sangre, los tres miembros de la familia totalmente irreconocibles y a Laura Mcdowell, martillo en mano y en un estado de trance absoluto.
Tras ser detenida sin ningún tipo de forcejeo, pasará a disposición judicial, donde se le acusará de triple asesinato con ensañamiento, con una más que segura condena a muerte. Aún así, fuentes cercanas a la defensa personal nos han informado que la abogada defensora alegará que la acusada se encontraba con un proceso esquizofrénico severo, por lo que se sospecha que el proceso judicial se alargará más de lo deseado por los familiares de las víctimas.
El sepelio de los tres vecinos del pueblo se celebrará mañana al mediodía, cuando se prevé que el médico forense haya dictaminado la causa de la muerte.
El hecho ha conmocionado al pueblo que todavía no ha sido capaz de asimilar una tragedia de tanta magnitud.”



-¿Ves? Tenías razón. Siempre la tienes. Siempre me andas diciendo “Laura haz esto” “Laura haz lo otro”…y lo hice, lo descubrí. Allí estaba él con ella y con ese mocoso, tal como tu dijiste. Y te hice caso, me tomé la venganza de mi mano, dijiste que no pasaría nada. Me sentí como nueva, reconfortada, libre, feliz…hasta que llegaron ellos y mira, mira donde hemos ido a parar. A este sitio de paredes blancas. Tanta luz me molesta. Me gustaría taparme los ojos, pero no puedo, esta ropa que nos han puesto me lo impide. Además nos observan, ¿lo notas? Pero se lo merecía, se lo merecían los tres, incluido ese mocoso rubio de ojos azules. Por tener un padre tan mentiroso. Nos engañó, nos engañó vilmente y no podía esperar que tuviera otro final. No, señor, se lo merecía…- mientras Laura murmuraba en voz alta, al otro lado de la ventana, los dos médicos la observaban con cara de incredulidad.

-¿Cómo es posible que haya llegado a este estado? Parecía una chica tan tranquila, tan normal…y ¿por qué ellos? Si apenas se conocían… ¿qué es eso de que la engañó? ¿Cómo puede la mente humana llegar a tal extremo de locura?- dijo el más joven y con menos experiencia en esos temas que su compañero

-Por lo que yo sé, Albert era solía visitar esa cafetería todos los días en su media hora de descanso en el trabajo. Alguna vez coincidía con él y charlábamos acerca de la vida en general. Nunca noté ninguna relación especial entre ellos dos, de hecho la trataba como a todas las chicas de la cafetería. Ya sabes como era él: siempre tenía alguna palabra cariñosa para todo el mundo…quizás eso es lo que pudo confundir a la chica. El poder de la mente es más fuerte de lo que podemos llegar a imaginar, esta chica es el más claro ejemplo- dijo el hombre mayor, con evidente tristeza en su tono y lágrimas en los ojos, mientras seguía observando a la chica y su locura, repitiéndose a si misma:

-Nos engañó, si, nos engañó…Sólo le di lo que se merecía...


Más y mejores historias en Cuentacuentos

domingo, 7 de enero de 2007

sentimientos



Siempre quise ser la princesa del cuento






y sin embargo



me tocó ser la madrastra

martes, 2 de enero de 2007


A veces mi alegría se convierte en desgracia...Por eso, al descubrir que había muerto hecha papilla, estampado sobre el duro y caliente asfalto de mi ciudad hizo que, la alegría que me dio ver que mi marido me la pegara con otro se convirtiera en una gran desgracia- le comenté a mi compañero, en una posición un tanto extraña, debido a que mi cuello y el resto de mi cuerpo estaban en una postura totalmente opuesta.


-¿Cómo fue su vida?- me preguntó el desconocido


-¿Mi vida?...pues no me fue mal del todo. Disfruté de una infancia sin carencias, ni económicas, ni sentimentales. Fuí al mejor colegio, al mejor instituto, a la mejor universidad. Me licencié en Derecho, el sueño de toda mi vida y, nada más terminar la carrera, encontré trabajo en el mejor buffete de la ciudad. Vivía en un ático, con las mejores vistas y disfrutaba de todos los lujos de los que podía rodearme. Pero todo el mundo se emperró en que me tenía que enamorar, que en mi vida sólo faltaba un hombre que me cuidara y me protegiera, alguien con quien dormir a mi lado todas las noches...Y claro, llegó un día en que yo también me lo creí. Y ahí empezó mi busqueda. Salí con todo tipo de tios que me recomendaron mi familia, mis amigos, mis vecinos...pero para todos tenía un "Pero". Así me tiré mucho tiempo, hasta que un día apareció "Él" por la puerta. Se llamaba Philip y me encantó desde el primer momento en que le vi. Era guapo, simpático, detallista, vestía bien. Lo tenía todo, salvo una cosa: no era del agrado de mis amigos, familia e incluso, vecinos. Me decían que no me convenía, pero no les hice ni caso, después de tanto tiempo dando la murga con el tema del amor, me parecía de coña que ahora se pusieran de ese modo. Así que, a los ocho meses de conocernos, me casé con él- Mi interlocutor seguia mirandome con curiosidad, escuchando atentamente cada palabra- Cuando me casé con el, descubri que no solo existía el problema de que no les gustara a nadie de mi entorno...y es que en la cama era un negado, cero, nada de nada...no se si me entiendes-


-Si, creo que si- añadió el sorprendido


-En el buffete empecé a oir rumores acerca de que si "perdía aceite", que si caminaba por la acera contraria a pesar de haberse casado conmigo...La verdad, es que yo no les hacía ni caso, pero en fin, llegó un momento en el que empecé a plantearme seriamente si sería verdad. A todo esto se unió la llegada de un nuevo socio, que reconoció ser gay abiertamente y con el cual, mi marido, empezó a llevarse demasiado bien..Harta de todo, decidí investigar por mi cuenta...y ahí llegamos al momento en el que los descubrí en sus "tareas" y lo siguiente que recuerdo es esta sala de espera, con este numero en mi mano. ¿tu sabes como he podido llegar hasta aqui?- miré con cara extrañada a mi acompañante.


-He oido decir por alli que, al salir del despacho (aqui los marujeos corren que se las pelan), del ataque de risa que llevabas, se te saltaron las lágrimas y no pudiste ver que la señora de la limpieza acababa de echar cera al suelo...con la mala pata de que además, el despacho donde se encontraban daba al ventanal principal de tu buffete, en el 17º piso. Te escurriste y...el resto te lo puedes imaginar, ¿no?- le volví a mirar mientras decía eso. Aunque me iba acostumbrando a verle con un ojo fuera de la cuenta y ese palo de billar incrustado en la yugular, no conseguía soportar el gorgoteo que hacía la sangre de su cuello mientras hablaba.


-Y a usted...¿qué le pasó?- pregunté por decir algo


-Pues ya ve...una mala jugada- me sonrió, y su fétido aliento a cerveza y hamburguesa rancia me revolvio el estómago.


Observé de nuevo mi papel: 79735


-¿Por qué numero me dijeron que iban, señor...?


-Smith, si es tan amable.


-De acuerdo, señor Smith.


-A mi la vista me falla un poco, pero si mira, al lado de la puerta del fondo hay un contador...creo que pone...¿329?


-Si, eso pone...por cierto, mi nombre es Samantha, Samantha Jones. Ya que vamos a pasar un largo rato juntos, por lo menos, conozca mi nombre.


Y asi, nos estrechamos la mano y me acomodé, dispuesta a escuchar a mi curioso compañero, mientras los números seguían subiendo al lado de la puerta, con un cartel que anunciaba mi próximo destino:

PURGATORIO



Más y mejores historias en Cuentacuentos