Confusa se despierta entre sueños.
Desde que había muerto su abuelo, Erika no conseguía pasar una noche sin acostarse con lágrimas en los ojos y apenas recordaba lo que era dormir una noche del tirón.
A sus diez años había sido la primera vez que se había tenido que enfrentar a la muerte y aún no comprendía porqué su abuelo ya no estaba con ellos, porqué ya no podría volver a difrutar de su compañía.
Aún recordaba aquellas tardes de domingo en las que nieta y abuelo desaparecían tras la comida familiar y no volvían hasta pasadas las 8 de la tarde, momento en el cual sus padres y ella volvían a casa en el coche, al ritmo de los clásicos de su padre como “Moonlight shadows” de Mike Oldfield o “If you leave me now” de Chicago.
En esas escapadas, el abuelo de Erika la llevaba a conocer todos y cada uno de los mágicos rincones de Madrid. Iban poco a poco, saboreando toda la belleza que escondía la ciudad. En navidad, la Plaza Mayor, por la que daban vueltas por todos los puestos y comían unos ricos bocatas de calamares, que tanto le gustaban a la niña. En verano, al Retiro a pasear alrededor del lago.
Recoletos, Sol, Lavapies, Cuatro Caminos….Madrid no tenía secretos para su abuelo y ella absorbía todo lo que le enseñaba.
Recordaba con especial cariño una tarde de mayo en la que se bajaron en el metro de Sol, se pusieron a andar y andar, charlando y soñando y , cuando quisieron darse cuenta, habían llegado hasta Moncloa, teniendo que darse la vuelta rápidamente para no llegar tarde a casa. O aquel otro día en el que paseando en las cercanías del Palacio Real vieron a un grupo de chicos y chicas que miraban con mucho interés, como buscando algo entre los leones de una fuente y que, más tarde vería encima del Kilómetro 0 haciéndose fotos a sus zapatillas.
- ¡Qué gente más rara!- decía Erika, a lo cual su abuelo contestaba que no eran raros, que eran bohemios, cuentacuentos y que algún día lo entendería.
También la llevó a conocer los museos, edificios históricos, monumentos…Le había enseñado mucho. Le echaba mucho de menos.
Por eso aquella noche no le extrañó despertarse en mitad de la noche….Lo que le extrañó fue despertarse al son “Moonlight Shadows”. Pensó que estaría soñando, pero poco a poco se dio cuenta de que la música estaba sonando en su casa y provenía de la salita. Se dirigió allí pensando que debía de sentir miedo pero, en cambio, una extraña sensación la inundaba haciéndola sentir tranquila. Cuando llegó a la salita, vio el antiguo reproductor de discos de su padre encendido y la mecedora donde se ponía su abuelo de espaldas a ella, meciéndose lentamente. Cautelosamente se acercó y cuando estuvo de frente, vio a su abuelo en ella. La miraba con una sonrisa en la cara.
-He venido a despedirme, Erika- le dijo mientras la sentaba en su regazo.
-¿Dónde vas abuelo? ¿Por qué me dejas sola?- respondió la niña con esa inocencia característica de todos los niños de su edad.
-Voy a un sitio donde hace sol todos los días y donde solo esta permitido sonreír y ser feliz- le dijo mientras le secaba la lágrima que recorría la carita de la niña.
-¿Y no puedo ir yo, abuelito?
-Aún no, cielo. Tu aún tienes que terminar de estudiar, y encontrar un trabajo que te guste, e ir de viaje, conocer ciudades tan bonitas como Madrid, y sonreir mucho y vivir muchas aventuras…aun te queda mucho nena, pero no te preocupes, que yo te estaré esperando, ¿de acuerdo?
-Vale abuelito… Te echo mucho de menos.
-Y yo a ti, Erika, y yo a ti.
La niña bostezó mientras el abuelo la mecía al compás de una nana.
-Abuelito…
-Dime, mi niña.
-¿Te importa que me duerma? Llevo mucho tiempo sin dormir y tengo sueño.
-Duérmete, yo velaré por ti
-Gracias. Te quiero…
-Yo también te quiero.
Y así se durmió, sabiendo que no volvería a dormir mal porque su abuelo siempre iba a estar allí, cuidandola…
Desde que había muerto su abuelo, Erika no conseguía pasar una noche sin acostarse con lágrimas en los ojos y apenas recordaba lo que era dormir una noche del tirón.
A sus diez años había sido la primera vez que se había tenido que enfrentar a la muerte y aún no comprendía porqué su abuelo ya no estaba con ellos, porqué ya no podría volver a difrutar de su compañía.
Aún recordaba aquellas tardes de domingo en las que nieta y abuelo desaparecían tras la comida familiar y no volvían hasta pasadas las 8 de la tarde, momento en el cual sus padres y ella volvían a casa en el coche, al ritmo de los clásicos de su padre como “Moonlight shadows” de Mike Oldfield o “If you leave me now” de Chicago.
En esas escapadas, el abuelo de Erika la llevaba a conocer todos y cada uno de los mágicos rincones de Madrid. Iban poco a poco, saboreando toda la belleza que escondía la ciudad. En navidad, la Plaza Mayor, por la que daban vueltas por todos los puestos y comían unos ricos bocatas de calamares, que tanto le gustaban a la niña. En verano, al Retiro a pasear alrededor del lago.
Recoletos, Sol, Lavapies, Cuatro Caminos….Madrid no tenía secretos para su abuelo y ella absorbía todo lo que le enseñaba.
Recordaba con especial cariño una tarde de mayo en la que se bajaron en el metro de Sol, se pusieron a andar y andar, charlando y soñando y , cuando quisieron darse cuenta, habían llegado hasta Moncloa, teniendo que darse la vuelta rápidamente para no llegar tarde a casa. O aquel otro día en el que paseando en las cercanías del Palacio Real vieron a un grupo de chicos y chicas que miraban con mucho interés, como buscando algo entre los leones de una fuente y que, más tarde vería encima del Kilómetro 0 haciéndose fotos a sus zapatillas.
- ¡Qué gente más rara!- decía Erika, a lo cual su abuelo contestaba que no eran raros, que eran bohemios, cuentacuentos y que algún día lo entendería.
También la llevó a conocer los museos, edificios históricos, monumentos…Le había enseñado mucho. Le echaba mucho de menos.
Por eso aquella noche no le extrañó despertarse en mitad de la noche….Lo que le extrañó fue despertarse al son “Moonlight Shadows”. Pensó que estaría soñando, pero poco a poco se dio cuenta de que la música estaba sonando en su casa y provenía de la salita. Se dirigió allí pensando que debía de sentir miedo pero, en cambio, una extraña sensación la inundaba haciéndola sentir tranquila. Cuando llegó a la salita, vio el antiguo reproductor de discos de su padre encendido y la mecedora donde se ponía su abuelo de espaldas a ella, meciéndose lentamente. Cautelosamente se acercó y cuando estuvo de frente, vio a su abuelo en ella. La miraba con una sonrisa en la cara.
-He venido a despedirme, Erika- le dijo mientras la sentaba en su regazo.
-¿Dónde vas abuelo? ¿Por qué me dejas sola?- respondió la niña con esa inocencia característica de todos los niños de su edad.
-Voy a un sitio donde hace sol todos los días y donde solo esta permitido sonreír y ser feliz- le dijo mientras le secaba la lágrima que recorría la carita de la niña.
-¿Y no puedo ir yo, abuelito?
-Aún no, cielo. Tu aún tienes que terminar de estudiar, y encontrar un trabajo que te guste, e ir de viaje, conocer ciudades tan bonitas como Madrid, y sonreir mucho y vivir muchas aventuras…aun te queda mucho nena, pero no te preocupes, que yo te estaré esperando, ¿de acuerdo?
-Vale abuelito… Te echo mucho de menos.
-Y yo a ti, Erika, y yo a ti.
La niña bostezó mientras el abuelo la mecía al compás de una nana.
-Abuelito…
-Dime, mi niña.
-¿Te importa que me duerma? Llevo mucho tiempo sin dormir y tengo sueño.
-Duérmete, yo velaré por ti
-Gracias. Te quiero…
-Yo también te quiero.
Y así se durmió, sabiendo que no volvería a dormir mal porque su abuelo siempre iba a estar allí, cuidandola…
------------------------
Llevo unos días algo melancólica, esta historia es una mezcla de todos esos recuerdos que me invanden...
Más y mejores historias en Cuentacuentos
19 comentarios:
Preciosa... todos esos recuerdos (incluidos los bohemios de la plaza de oriente), el abuelo que mece a su nieta para que duerma tranquila... que bonita!
Ayy, no estes triste. Es dificil estar lejos de los tuyos, pero lo importante es saber que siempre estarán ahí. Y mira lo que hace esa melancolía, las cosas mas lindas que salen de tu cabecita!!!
Mil besitos y gracias por tu relato!
Se me ha puesto la piel de gallina y un nudo en la garganta al verme en cierta manera identificada con el relato, pues aunque mi abuelito materno murió cuando yo era una renacuaja, me acuerdo de los paseos que solíamos dar...
Dicen que el niño deja de ser niño cuando se enfrenta a la muerte. No sé donde leí esto, pero es cierto.
Una historia muy tierna, ratoncita ;)
Un besote
Sensancional la historia, me has jodido el corazón esta, noche, yo siempre he echado en falta la figura del abuelo, que dicen que es muy importante, pero aun asi siempre me acuerdo de él, desde que nos dejó. felicidades.
Tan melancólica que me has hecho que se me llenen los ojos de lágrimas... a más de uno nos gustaria esa oportunidad de despedirnos...
Dulce e impecablemente escrita. La melancolía no te sienta mal, pero no te dejes llevar por ella del todo, luego cuesta volver.
Un besote
entrañable historia, bella y dulce y como tu dices, meláncolica. Me gustó leerte
Es preciosa. A todos los que lo hemos leido, por lo que veo, nos ha tocado el corazón, y no es para menos.
Hay tanto que decir...
Que historia mas tierna... mi abuelo también se fue cuando yo era una niñilla, y tu relato me ha traido un monton de buenas sensaciones, gracias, muchos bessos feliz semana
Mi abuela del alma nos dejó en el mes de junio... tenía 96 años y una lucidez poco normal...y también fue ella la que se despidió... Me queda su recuerdo y sus enseñanzas sobre lo que es la vida.
Ahora hay que hacerse merecedores de lo que nos dejaron...
Un beso. Fuerte.
No tengo palabras para expresar los sentimientos que tu relato me ha producido. Mi abuelo falleció el pasado diciembre y yo todavía no he tenido la oportunidad de despedirme de el.
Me quedan todos los buenos momentos que me dejó y que se han afianzado más en mi memoria gracias a tu historia.
Felicidades y gracias.
Un saludo.
...a mí también me secuestraba los domingos por la tarde...
:)
Ay niña, que bonita... Jo vaya mañana llevo jeje, será que yo estoy melancólica también, pero me he emocionado un montón con tu historia. Lo importante es saber guardar lo bueno de los recuerdos, como lei alguna vez no se donde: debemos hacer que el pasado nos sirva como trampolín, y no como sofa ;)
The last that ever she saw him
Carried away by a moonlight shadow
Una bohemia ;)
Me has hecho llorar... puffff, ni te imaginas cuanto!
Esta semana me que quedado muy "tocada" después de escribir mi relato, cuyo protagonista es muy similar al tuyo, no se trata de mi abuelo pero sí de mi bisabuelo.
Es una historia que mi padre me había contado hace tiempo y sobre lo que yo quería escribir hacía tiempo, pero me daba miedo...
Yo puedo decirte que me ha gustado mucho, que he llorado, pero claro... ¿y sí sólo te lo digo de boquilla pero no es verdad?
¡Qué no es el caso eh! a lo que voy es a que siempre te queda (o al menos a mí) la cosilla de decir: ¿realmente llego a la gente con lo que he escrito?
Tras escribir mi historia quise que mi padre la escuchara y quise pedirle permiso para colgar en Internet un pedacito de la vida de mi familia. Mi sorpresa fue que le encantó y que me hizo leérsela a mis abuelos... ¿Tienes idea de lo que se siente al verlos llorar por escuchar tus palabras? Es cuando dices... esto lo he hecho bien!
Yo no soy tu abuelo y mis lágrimas valen mucho menos que las suyas, pero te aseguro que si pueden vernos y nos han leído... tanto tu abuelo como mi bisabuelo han soltado sus lagrimillas y ahora sonríen y están orgullosos de nosotras!
Gracias por compartir con nosotros algo así, ahora me voy a recomendarte, porque esto merece mucho la pena!
Mil besos guapa!!
P.D. Me llevo la imagen de Beleíta que ya tengo permiso. Gracias por eso también!!
Jolines... acabo de leer la bonita historia de Mar y ahora la tuya, igual de preciosa, esta tarde gris, me pone la guinda sobre el dulce pastel de la melancolía...
Qué delicia. Más recuerdos y emociones revividas.
Mi abuelito era así. Y me queda el dolor de haberle reñido muchas veces por su forma de ser: me parecía demasiado hablador, sensible, sentimental...
¡Cuántos errores cometemos!
Muchos besos y muchas cerezas.
Queralt.
aii! no telo vas a creer pero, mientras leia tu relato, ha empezado a sonar en mi ipod "if you leave me now"... y, jo, si la historia ya es tierna, con esta banda sonora... :'(
pues eso... q me ha gustado mucho!
;)
Ternura, podría decirse que la ternura encuentra en este relato lo que le da sentido. Nos impregnas de ella a través de las palabras y el entrañable sabor con que las tratas. Sabor añejo del pasado siempre presente y sabor de ilusión e inocencia del futuro lleno de vida. Tierna y bella unión de generaciones que el sincero cariño hace eterna.
Genial Carol. Un abrazooo!!!
Ufffff, todo el relato aguantando la lagrimota que ya quería salir... Me ha gustado muuuucho. Me has hecho recordar... lo mismo que probablemente has sentido tu al escribirlo. Al final, todos los seres queridos que nos han dejado, se guardan en el recuerdo... y en el corazón.
Un fuerte abrazo!
Cuando llegan esos recuerdos a la cabeza y no se desprenden significa que hay una unión que te permite vivir allí con ellos aunque no estes presente.
Me ha encantado. La historia con el abuelo, cuantas cosas han venido a mi mente. Esos paseos por Madrid. Esa foto que siempre quedará grabada en nuestro rinconcito particular.
No sabes cuanto te entiendo.
Mucho ánimo guapa!!! Somo ELLA recuérdalo y aquí estamos para sonreir cada día.
1 fuerte abrazo
Nena!!!
La culpa es tuya si a caido alguna gota de líquido lacrimal sobre el teclado y se cortocircuita!!! XD
La melancolía nos trae recuerdos pincelados de los momentos felices que hemos pasado. No dejes que ese estado te engulla por completo. Algunos de esos recuerdos difícilmente son recuperables; otros..."siempre nos quedará continuar buscando el libro bajo el lomo del león".
Me ha gustado muchísimo nena, lo sabes y te lo reafirmo.
Mil besos!
Espero verte pronto.
Hell.
La historia es muy tierna. Hay personas que marcan nuestra vida y que nunca olvidaremos. La muerte siempre es un hecho que nos choca y nos sume en el pesar y el dolor. El consuelo son los recuerdos que siempren permanecen.
Un besito y alégrate de tener recuerdos así.
Publicar un comentario