sábado, 24 de febrero de 2007


Cuando el primer niño rió por primera vez, su risa se rompió en mil pedazos que saltaron por los aires en todas direcciones, y así fue como aparecieron las hadas. Por eso debería haber un hada para cada niño y cada niña. Aunque hoy en día los niños saben tantas cosas que dejan de creer muy pronto en las hadas, y cada vez que un niño dice "yo no creo en las hadas", en alguna parte cae muerta un hada.



->Descubriendo Nunca Jamás<-

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien!!

estreno comentarios!!

Venía a ver si habías escrito algo para cuentacuentos. Habrá que esperar a la semana que viene.

por otro lado estate tranquila, mi hada volará siempre.

un saludo!

Anónimo dijo...

Cuando la sonrisa no llega aparecen unos duendes llamados amigos. Creo en las hadas, incluso las vi!
Un abrazo!